Alicia Lombardini, Directora Nacional de Ventas Independiente, del Área Nubes.

Cuando hace 28 años decidí comenzar con Mary Kay nunca imaginé que esto sería una experiencia tan apasionante. Siempre había esperado una oportunidad donde pudiera comunicarme con la gente, porque es lo que más me gusta. Al poco tiempo descubrí que no sólo me comunicaba sino que embellecía el rostro de muchas mujeres.

Pero no se terminó ahí mi satisfacción, porque muy pronto vi que también podía ayudar a cambiar la vida de esas mujeres... ¡Ese fue el detonante! Supe que estaba en el lugar que siempre había soñado. Día a día me sorprendió esta manera de vivir distinta que me ayudó a educar a mis hijas Alejandra, Natalia y Florencia y a tener una calidad de vida cada vez mejor junto a mi esposo Johnnie. Hoy, siento un profundo agradecimiento por haber conocido a Mary Kay Ash y haberme nutrido de su filosofía: "Dios, Familia y Trabajo".

Hice mía durante todos estos años mi sigla preferida, P.I.R.: Persistir, para lograr hacer de cada sueño una realidad; Insistir, día a día en la disciplina de caminar un kilómetro más; Resistir, a todos los obstáculos porque mi consigna es vencerlos. Adoro mi independencia económica porque eso me da libertad, que es tal vez uno de los bienes más anhelados por el hombre. Cuando recorro el camino hasta aquí, veo las personas que he conocido, los países que he visitado, mi auto rosa.

Pero si hago un balance, creo que lo mejor es haberme relacionado con las Directoras, Líderes y Consultoras de Belleza que componen mi Area Nubes. Ellas son sin lugar a dudas una fuente inagotable de motivación que me impulsa a revivir con cada una de ellas todas mis maravillosas experiencias en cada escalón de mi Carrera. A través de su accionar puedo enriquecer la vida de más mujeres. Pero nada de todo esto hubiera sucedido sin el apoyo sincero de muchas personas que siempre me alentaron a seguir, me apoyaron y no me permitieron que me detuviera: el Staff de Mary Kay.
Por todo esto estoy orgullosa de pertenecer a esta gran familia. ¡Qué suerte que no dudé en firmar mi carta de intención, ¡cuánto hubiera perdido si no lo hubiera hecho! y lo increíble es que queda ¡tanto camino para recorrer, tantas vidas que tocar! Eso hace que mi compromiso se encienda cada mañana con la máxima energía para seguir adelante.

Como decía Mary Kay Ash: "La vida es un maravilloso banquete y uno debe sentarse a la mesa a disfrutarlo". ¡Bon appetit!